Los expertos en educación superior de todo el mundo buscan predecir las tendencias que marcarán el rumbo de la formación que el mercado laboral demandará a los trabajadores en el futuro.

Estamos frente a un mundo del trabajo en constante movimiento, en el que el futuro se vislumbra incierto y el cambio es la única certeza. En este contexto, los estados, las empresas, el sistema educativo y los propios trabajadores deberán ser ágiles y flexibles para adaptarse a los nuevos paradigmas. 

Los cambios sociales derivados de la irrupción de las nuevas tecnologías en los procesos de trabajo y la creciente digitalización de la economía están generando grandes desafíos para la empleabilidad de las personas. Así, un título de grado pareciera ya no ser suficiente para que un profesional se mantenga empleable durante toda su vida laboral, como lo fue en el pasado.

Presentamos aquí algunos factores para entender las claves de la formación profesional de cara al futuro:

1.  Las universidades deberán actualizar sus currículas para cumplir con las necesidades demandadas por el mercado laboral.

Hace algunos años, existía el pensamiento de que el propósito de las universidades era ayudar a los alumnos a convertirse en personas más completas. Actualmente, la empleabilidad es lo más importante para la gran mayoría de los estudiantes. Esto está obligando a las instituciones educativas a centrarse en una capacitación más práctica y modificar sus planes de estudios para satisfacer las demandas de los empleadores.

Y si bien el título de grado seguirá siendo un buen camino para acceder al mercado de trabajo, todo indica que no será el único, y mucho menos garantizará la empleabilidad de por vida. Esta nueva realidad demandará a los profesionales seguir capacitándose durante toda la vida para mantenerse empleables.

2.  Cada vez surgen más alternativas frente a las universidades tradicionales

Cada vez son más comunes los programas de aprendizaje patrocinados o gestionados por las  propias empresas, conocidos comúnmente como "entrenamiento de última milla", donde las organizaciones forman a los trabajadores en aquellas habilidades y competencias que no encuentran fácilmente en el mercado.

También se expanden las instituciones educativas que actúan de intermediarias entre las empresas, sus necesidades específicas de formación y los trabajadores. Estas instituciones capacitan a los talentos y se enfocan en desarrollar las habilidades profesionales de los candidatos para desempeñar roles específicos.

3.  Las habilidades blandas continuarán siendo importantes y crecerá la relevancia de las competencias digitales

Actualmente existe un gran énfasis puesto en desarrollar las habilidades blandas como un diferencial de los candidatos para destacarse frente a sus colegas al solicitar un empleo. Este tipo de habilidades netamente “humanas” basan su relevancia en que las máquinas y robots no las pueden suplir ni reemplazar.

En el mismo sentido, el avance constante de la automatización supone la necesidad de dominio de distintos tipos de tecnologías para el desempeño de algunos trabajos en los que antes esto no era un requisito. De este modo, las competencias digitales y el dominio de las herramientas de tecnología serán cada vez más demandadas.

4.  Aumentará la valoración de los perfiles especializados

El avance de la tecnología ha cambiado por completo el mundo del empleo haciendo crecer, entre otras cosas, los trabajos por proyecto, el trabajo remoto y otros formatos no tradicionales de contratación. De la mano de este fenómeno, también aumenta la demanda de perfiles altamente especializados, que en muchos casos combinan diferentes disciplinas o son producto de la evolución de un campo de expertise profesional tradicional que se potencia con el uso intensivo de la tecnología.

5.  Crecen las certificaciones cortas en disciplinas puntuales

El avance acelerado de la tecnología transforma las industrias y las necesidades de los empleadores. Cada vez se necesitan mayores y nuevas habilidades. En este sentido, resulta fundamental la actualización permanente y en temas muy específicos. En estos casos, los trabajadores pueden recurrir a certificaciones cortas, sin la necesidad de completar una carrera universitaria o tecnicatura en la materia. Esto permite la re-capacitación permanente de acuerdo a las demandas y requerimientos del mercado laboral. En línea con esta necesidad, cada vez habrá más instituciones de capacitación que se centren en una industria o mercado vertical en particular.

6.  Aprendizaje permanente

Los especialistas coinciden en que aquellas personas que puedan ver sus carreras como una secuencia de educación continua serán quienes de diferencien del resto en el futuro. Y la curiosidad será una de las características más valoradas, ya que es el combustible que alimenta la predisposición para el aprendizaje permanente y a cualquier edad, un fenómeno que surge como respuesta a la incertidumbre que plantean la trasformación digital y su impacto en el mundo del trabajo, y se traza como la garantía que las organizaciones tienen en un contexto en el que no hay certezas sobre las competencias y las habilidades que una determinada posición va a demandar a futuro.