Siguiendo el hilo de entregas en las que os hablamos sobre diferentes técnicas de comunicación asertiva, hoy os enseñamos qué es y cómo conseguir una comunicación asertiva negativa.

La comunicación es importante a la hora de liderar diferentes situaciones en la empresa.

 

En los enfrentamientos de equipo, será la persona con mejores capacidades comunicativas quien tendrá un mayor poder deconvicción y liderará el grupo a través de sus argumentos. 

Saber qué decir, y cómo y cuándo decirlo aportará valor a las ideas propias frente a las de los demás. 



Así como las técnicas de “el banco de niebla” y la del “disco rayado”ayudan a la hora de defender nuestra posición, llegado el conflicto de opiniones, la asertividad negativa ayudará a lograr el mismo objetivo cuando el interlocutor ataque directamente, haciendo posible encajar los golpes y sacar provecho del altercado.



La asertividad negativa es la capacidad de encajar las críticas, entenderlas y transformarlas para que jueguen a favor propio. 



No es agradable recibir críticas a las ideas y opiniones propias. Existen diversas maneras de reaccionar, desde la resignación a la reacción violenta. 

Cualquier respuesta negativa a las opiniones de otros puede ser muy contraproducente para el grupo y para el propio receptor de los comentarios. La búsqueda del beneficio común en tales críticas es la manera más útil de defenderse y evolucionar.



La reacción más asertiva es aquella que valora cualquier opinión y entiende cada crítica como un debate que merece la pena discutir racionalmente, en busca de un punto común entre ambas partes.



Para conseguir que la comunicación asertiva sea productiva se debe conocer a quien se opone a nuestro punto de vista y las razones por las que emite tales comentarios negativos. 



Si el trabajo realizado no gusta a algún integrante del equipo es posible que tampoco le parezca adecuado al cliente. 

Entonces, ¿cómo podemos mejorar? Cualquier actitud que demuestre voluntad de enmendar errores pasados dotará al grupo de una sensación de bienestar que hará desaparecer el conflicto.



Adoptar esta posición es no es sencillo, sobre todo cuando se trata de comentarios más destructivos que valorativos. Sin embargo, el hecho de someter las  ideas a discusión evidenciará seguridad personal así como confianza en el grupo. Hacer ver a los demás esa autoconfianza aportará un plus de liderazgo que hará crecer valor del argumento cuestionado. 



Al final, al igual que en las dos técnicas anteriores, el objetivo es llevar la conversación de manera inteligente a un punto completamente alejado de la conflictividad. 

La falta de crítica o la reacción negativa a ésta puede llevar a un mal funcionamiento del grupo. 



Al mismo tiempo se deben utilizar todas las habilidades disponibles para fortalecer el entendimiento y el desarrollo de las ideas. Una sola crítica puede dar al traste con cualquier proyecto si no se trata con la actitud adecuada.