Aunque una gran mayoría de las empresas enfrentan grandes desafíos en todo el mundo, y hablar de marca empleadora en este contexto puede sonar fuera de timing, en momentos de crisis es justamente cuando la solidez y consistencia del employer branding se ponen a prueba.

En este sentido, los datos de la edición 2020 del Randstad Employer Brand Research, el estudio independiente sobre employer branding más completo e inclusivo a nivel mundial, confirman que aún en medio de la crisis global derivada de la pandemia, 7 de cada 10 empresas argentinas mantuvieron la importancia asignada desarrollo de su marca empleadora como factor de atracción y retención del talento.

Pensando en los desafíos por venir, te acercamos tres aspectos a tener en cuenta para potenciar tu estrategia de employer branding post Covid:

La cultura es lo primero.

Cultura, engagement y retención del talento son temas centrales que han ganado protagonismo en las organizaciones y ya no sólo son ejes de acción de las áreas de recursos humanos, sino que han pasado a formar parte de la estrategia de gestión corporativa. Así, la fortaleza de la cultura de una organización es un factor cada vez más importante a la hora de determinar niveles de engagement y retención del talento. Mientras las redes sociales y los portales de búsqueda laboral se llenan de comentarios de los propios empleados sobre sus empleadores, la cultura de una organización queda expuesta a la vista de todos y dado que es uno de los factores que pesan a la hora de analizar una propuesta laboral, resulta crítico asegurar que esa cultura esté fielmente representada en la imagen que se proyecta.¿De qué se nutre una cultura organizacional? En pocas palabras, es un intangible que se forma a partir de los valores que guían a la compañía, sus tradiciones y sus creencias, y del significado del trabajo que realizan sus colaboradores y la visión que comparten.

Planes de capacitación y desarrollo.

La capacitación y el desarrollo corporativos son uno de los principales atractivos que tiene una organización para potenciar su propuesta de valor al empleado (PVE).El avance de la economía digital ya venía dando señales de fuertes cambios en el mundo del trabajo, planteando enormes desafíos para todos, en gran medida por la cada vez más corta vida útil de las habilidades laborales. La pandemia global está siendo un acelerador de esos cambios y es por eso que en términos de fortalecimiento de la marca empleadora, la capacidad que desarrollen las empresas para formar y ofrecer posibilidades de desarrollo de carrera, será uno de los factores de atracción y retención que se hará aún más relevante para el talento en el futuro cercano.

Los millennials ya han crecido.

Y comienzan a ser los líderes de hoy, y deberán serlo en mayor proporción en la medida en que los baby boomers dejen la escena. Sin embargo, muchas organizaciones no se han adaptado para abrirse al liderazgo de los millennials. Para que esto suceda, deben realizarse cambios que tienen relación con la idiosincrasia organizacional, con su forma de ver el mundo y con el ambiente laboral. Una de las posibles formas de impulsar el liderazgo millennial, reside en las nuevas herramientas de análisis de datos, que pueden ser muy útiles para entender los patrones y las capacidades de liderazgo de los colaboradores, pero la primera acción, sin dudas, será tomar el tema como una situación que llegó para quedarse y que requiere de cambios organizacionales profundos.

La capacidad de las organizaciones para hacer frente a la adversidad post Covid depende  en gran medida de su fuente de talento. Atraer y retener ese talento a través de los valores y la cultura, formarlos para desarrollar todo su potencial, empoderando a los millennials en posiciones de liderazgo, es el gran desafío del employer branding de cara al futuro próximo.

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