La gestión del talento en las organizaciones está atravesando un proceso de cambios profundos. Los tres motores que impulsan este nuevo escenario son la digitalización, una fuerza de trabajo en plena transformación, y el impacto de la automatización y la robótica. Al mismo tiempo, la creciente escasez de talento obliga a muchas empresas a competir cuerpo a cuerpo para atraer y retener  el talento que necesitan.
¿Qué es lo que se viene en el futuro inmediato, a medida que estas fuerzas convergen en 2018 y más allá?

Tendencias globales y disruptivas

El cambio se da a velocidades nunca antes vistas. El engagement, la atracción y el movimiento de los trabajadores alrededor del mundo se producen en el marco de una economía que empieza a tender hacia nuevos formatos de trabajo flexible (la llamada “gig economy”) y hacia un uso creciente de la tecnología como reemplazo de algunas habilidades humanas.
Otra de las tendencias importantes la marca la adopción de la robótica. Como nunca antes, la automatización está en la agenda de los empleadores y los trabajadores. Su despliegue significa tanto una evolución como un reemplazo y, por lo tanto, tiene a las sociedades tan emocionadas como preocupadas. Tal como lo reveló un reciente informe de McKinsey, la automatización inteligente de procesos puede reemplazar, potencialmente, entre un 50% y un 70% de las tareas.
La “gig economy” es un claro ejemplo de cómo las empresas están cambiando el modo de conformar la fuerza de trabajo. Empleados temporarios, contratistas, trabajadores remotos, freelancers. Beneficios y perjuicios: la “gig economy” es una espada de doble filo que aún no se ha diseminado por completo en nuestras vidas. Los beneficios son claros: flexibilidad para empresas implica agilidad, mientras que para los empleados, gestión del tiempo personal. Pero, a su vez, la planificación de una fuerza de trabajo comprometida y cohesionada se ha hecho más difícil. A su vez, la preocupación de los empleados crece cada día más, ya que se imaginan un futuro en el cual serán reemplazados por las máquinas.
Las redes sociales se han vuelto un canal fundamental para los candidatos que buscan empleo y los empleadores que necesitan talento. Cada empresa debería tener una estrategia para potenciar al máximo el reclutamiento a través de Facebook, Twitter y LinkedIn. Y, a su vez, los candidatos deben aggiornarse para destacarse en un mundo digital en el que los más jóvenes se mueven como peces en el agua.

2018 y más allá

¿Qué se puede esperar en el futuro? Acá van algunas tendencias para que los cambios no te agarren desprevenido:
● El desarrollo y el coaching interno, dirigidos a elevar el desempeño, van a tomar el centro del escenario. Con la escasez de talento y la digitalización se requieren nuevas habilidades, y muchas empresas están buscando en sus propios empleados, antes que en los de afuera, para proyectar el desarrollo de skills.
● El análisis predictivo es, cada día con más fuerza, una parte integrante de las operaciones de RRHH de las organizaciones. Proporciona datos poderosos sobre los cuales las empresas pueden gestionar mejor sus recursos. En el futuro, esta será la base sobre la cual se construirá la tecnología de RRHH de una empresa.
● Cada compañía necesitará enfocarse en una estrategia de employer branding, a medida que enfrentan una escasez de talentos que se extiende al mundo entero. Los candidatos ahora tienen más opciones sobre la mesa y poseen acceso a información sobre posibles empleadores que antes no estaba disponible. El desafío para las empresas pasa por mostrar una cultura y una identidad atractivas, pero alineada con su propia realidad.

El futuro ya está entre nosotros, y la adaptación de empresas, candidatos, y departamentos de RRHH se presenta como ineludible.  Todos los actores deben ponerse a tono  con los nuevos paradigmas o correrán el riesgo de quedar obsoletos en un mundo laboral que no para de moverse hacia adelante.