Según surge de los datos que arroja el Randstad Workmonitor correspondiente al primer trimestre de 2018, apenas el 34% de los trabajadores argentinos tiene la posibilidad de trabajar en el lugar y momento deseado, mientras que el 74% señala que en su trabajo aplican el sistema tradicional de jornada laboral; es decir, todos trabajan desde la oficina y con un horario fijo de entrada y salida.

En términos comparativos, Argentina está entre los países que aún sostienen formatos de trabajo más bien tradicionales, ya que la media global de quienes pueden trabajar desde cualquier lugar y en cualquier horario es del 41%, y la de quienes trabajan bajo

el sistema tradicional, del 68%.

En la misma línea, el 70% de los argentinos encuestados indica que desearía poder trabajar desde su casa u otras locaciones, aunque su empleador no le ofrece actualmente esa posibilidad. Así, con diferencias mínimas, los argentinos se emparentan en este deseo de flexibilidad con sus colegas de la región, ya que el 70% de los brasileros, el 72% de los mexicanos y el 74% de los chilenos se inclinan por un formato menos rígido de organización del trabajo.

Tomando nota de esta tendencia, las organizaciones buscan adaptarse: 34% de los argentinos sostiene que la empresa en la que trabajan está migrando de un formato tradicional a uno más flexible.

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Estos datos se desprenden de la información provista por el Workmonitor, un relevamiento trimestral que realiza Randstad en 33 países del mundo entre Europa, Asia y América sobre las expectativas, estados de ánimo y comportamientos de los trabajadores. El estudio, a cargo de Survey Sampling International, se desarrolló a través de un cuestionario online sobre una muestra compuesta por personas de ambos sexos, de entre 18 y 65 años que trabajan bajo relación de dependencia más de 24 horas por semana. En Argentina la muestra está compuesta por 405 casos.