La pandemia mundial le ha dado al teletrabajo un impulso inesperado. En este contexto, algunos trabajadores están felices y se sienten sumamente motivados con esta nueva modalidad. Sin embargo, muchos otros añoran la oficina que, con menos distracciones que la propia casa, les facilita las tareas y aumenta su productividad.


Te acercamos algunas estrategias simples para aumentar tu productividad si te está costando trabajar de manera remota desde tu casa:

 

 Resiginificá tu tiempo de “viaje”.

 

Los trabajadores que creen que trabajar desde sus casas resulta algo positivo, han sabido reconvertir el tiempo que antes empleaban para viajar hacia su oficina en tiempo de ejercicio. Esta rutina de movimiento no solo mejora tu salud física, sino que también repercute en tu salud mental, tu estado de alerta y tu desempeño laboral.

 

 Reservá en tu agenda un bloque diario para el trabajo focalizado.

 

En medio de la oficina, bloquear tiempo en tu agenda para dedicarte a las tareas que requieren de mucho foco a veces resulta imposible ya que siempre hay compañeros de trabajo que pueden acercarse a hablar, entrar a tu oficina o espacio de trabajo o generar una reunión improvisada. Lo ideal en estas situaciones en las que necesitás trabajar sin distracciones, es generar una distancia física con tus colegas, por ejemplo, cerrando la puerta de tu oficina, ubicándote en un sector apartado o trabajando en forma remota. Sin embargo, esto no siempre es posible.


La ventaja de trabajar desde tu casa es que vas a tener asegurada la distancia física de tus compañeros de trabajo, por lo que reservar tiempo para aquellas actividades que requieran de mayor foco será mucho más fácil de llevar a la práctica. Por ejemplo, podés incorporar el hábito de bloquear 1 o 2 horas de tu calendario todas las mañanas, y dedicar este tiempo para la lectura de documentos, la redacción de informes o artículos que requieran de toda tu atención, o simplemente para analizar en profundidad una situación o desarrollar una idea o proyecto.

 

 Programá reuniones de seguimiento.

 

Pedile a tus colegas que programen reuniones para tocar temas que requieren de un seguimiento. Esto aumentará aún más tu productividad y te permitirá planificar con mayor eficacia las tareas relativas a esos temas. Lo ideal es que sean reuniones cortas, de 15 o 20 minutos, y con un objetivo único y concreto. Una buena estrategia para llevar adelante esta iniciativa, es generar un nombre que identifique estas reuniones usando términos que dejen claro la dinámica y el foco que querés darles. “Revisión express”, “Quick review”, “Fast check” son algunas opciones en esa línea.

 

 Adoptá el uso del estado “ocupado” en tus perfiles.

 

Para estar concentrado al 100% en esos bloques de tiempo que reservás para el trabajo que requiere más foco, incorporá la costumbre de cambiar tu estado a “ocupado” en tus redes sociales y herramientas laborales de comunicación interna. Así tus colegas sabrán cuándo estás disponible y cuándo no podés ser molestado, salvo que se trate de alguna cuestión urgente.

 

 Resistite a la distracción.

 

Una vez eliminadas todas las distracciones externas, tenés que evitar las propias. Nuestra mente muchas veces nos juega en contra y busca nuevas formas de distracción, algo que se agudiza cuando el ambiente de trabajo es demasiado tranquilo.

En estos casos, una buena solución puede ser escuchar música o trabajar de pie con un  escritorio alto que te permita cambiar el peso del cuerpo y así mantenerte en movimiento mientras trabajás. Otra opción puede ser masticar un chicle o tomar descansos planificados de 5 minutos. Todas estas actividades te ayudarán a sentirte “menos aburrido”, evitando que caigas en la tentación de chequear tus redes sociales, perdiendo mucho más tiempo y bajando tu nivel de concentración y productividad.


Aún no sabemos cuánto tiempo más tendremos que pasar trabajando desde nuestras casas. En ese contexto, lo mejor que podemos hacer es poner a prueba todas las herramientas y trucos posibles para que el tiempo que dedicamos al trabajo resulte lo más productivo y eficiente posible.


Y así tal vez descubramos que el home office es un formato que nos rinde y podamos pensar en la posibilidad adoptarlo como permanente una vez terminado el aislamiento.