Los cambios radicales ocasionados por la pandemia han derivado en grandes niveles de cansancio entre la fuerza laboral a nivel mundial. Los múltiples rebrotes de coronavirus, el alto nivel de incertidumbre, la crisis económica y las rutinas laborales y personales totalmente alteradas, han agravado la situación a lo largo de todo el 2021.

Este contexto puede ser el disparador  del “burnout” o síndrome del trabajador quemado, un estado de agotamiento extremo, físico y mental, que se produce por las presiones y el estrés crónico y que debe ser tratado por profesionales de la salud.

Para ayudarnos a estar atentos, el equipo de especialistas en gestión del talento de Randstad identificó los 5 principales indicadores para detectar si una persona está bajo un estado de agotamiento extremo o padeciendo burnout:

1. Ausencia de motivación

Una señal clave de burnout es la falta de motivación para realizar cualquier tipo de tarea. La persona no tiene energía y se agobia pensando en todas las obligaciones y compromisos que debe cumplir, pierde el entusiasmo y hasta puede sentir rechazo hacia su trabajo y la compañía para la cual trabaja.

2. Falta de concentración y dificultad para la toma de decisiones

El cansancio extremo también puede llevar a las personas a manifestar dificultades para la toma de decisiones en su lugar de trabajo. Una decisión correcta y efectiva requiere de un esfuerzo  cognitivo alto, de claridad de pensamiento y de un gran nivel de concentración, habilidades que se ven seriamente afectadas bajo los efectos del burnout.

3. Problemas vinculares y aislamiento

El agotamiento también influye en la manera que tenemos de relacionarnos con jefes y compañeros de trabajo, haciendo que quienes lo sufren tiendan a aislarse y convertirse en personas poco colaborativas.

4. Frustración, irritabilidad y negatividad

El estrés crónico saca lo peor de cada uno, nos vuelve irritables, negativos, malhumorados y nos quita claridad afectando el discernimiento. Cualquier problema laboral se torna personal, un comentario constructivo se asume como una crítica negativa, socavando el buen funcionamiento de los equipos y derivando constantemente en situaciones que tensan los vínculos.

5. Falta de resiliencia

Otro factor que caracteriza al burnout es la falta de resiliencia, es decir, la capacidad para superar un problema y salir fortalecido. Es natural que un fracaso, una mala noticia o una crítica nos hagan sentir momentáneamente mal, pero si el malestar o el enojo persisten, esto indica que hay algo más y que está afectando nuestro desempeño y la relación con nuestros colegas.

Hay que estar atento a las señales y, en los casos en que se detecta alguna situación anómala asociada con el agotamiento extremo, es clave el acompañamiento de la organización, el apoyo de colegas, jefes y el área de Recursos Humanos,  así como la aceptación de la persona que está atravesando esta situación sobre la necesidad de dejarse ayudar, de modo de tomar las acciones necesarias para recuperar el equilibro y el bienestar físico y emocional.