A veces las tendencias más progresivas chocan con la más cruda realidad a través de las encuestas. En este caso, el Randstad Workmonitor del segundo trimestre de 2015 ha puesto en duda la efectividad de las iniciativas de equilibrio entre  trabajo y vida privada en las organizaciones de argentina. 



El work and life balance está entre los factores más relevantes de atracción, y es uno de los factores prioritarios a la hora de evaluar un trabajo, sobre todo para las mujeres. Además, es el principal factor de retención. Según surge de numerosos estudios e investigaciones, su valor está determinado por diversos actores y elementos: la generación Y a menudo reclama más tiempo para su vida personal, mientras que los empleados en edad de formar una familia también comienzan a apreciar el equilibrio por encima de otros factores, como las oportunidades de carrera o el salario.



Los resultados del Randstad Workmonitor del segundo trimestre de 2015, sin embargo, muestran que hay aún mucho camino por recorrer para llegar al tan ansiado equilibrio. El 44% de los argentinos considera que su empleador pretende que esté disponible fuera de su horario de trabajo, mientras que en 2012 el porcentaje era de un 33%. A nivel global, el porcentaje es aún mayor, llega al 57%,  siendo notable el caso de China, donde los empleados que piensan que sus jefes pretenden disponibilidad total constituyen el 89% de los encuestados. 



Pero no todos los límites se cruzan de forma unilateral. El 64% de los encuestados confiesa haber atendido problemas o asuntos personales durante su horario laboral. Este indicador también ha sufrido un aumento, ya que en 2010 los que reconocían realizar tareas personales en el trabajo eran el 40% de los consultados. El equilibrio, entonces, tiene líneas y matices difusos de uno y otro lado.



Las explicaciones para este fenómeno pueden ser varias. En primer lugar, suelen presentarse  diferencias entre las políticas corporativas y la aplicación de las mismas por parte de los mandos medios. En los Estados Unidos, un 45% de los encuestados piensa que sus jefes no los ayudan a desconectarse del trabajo en sus vacaciones, mientras que un 38% cree que tomar menos  vacaciones hace que sus jefes tengan una mejor opinión de ellos. Estos indicadores son un claro ejemplo de la incidencia, para bien o para mal, de los jefes en la implementación de iniciativas de work & life balance en las organizaciones.



Por otra parte, la tecnología juega un papel clave a la hora de analizar este desfasaje. Poco a poco se esfuma el concepto “del trabajo a la casa y de la casa al trabajo”, ya que el correo electrónico, los mensajes instantáneos, y las múltiples plataformas y dispositivos digitales permiten que los colaboradores estén disponibles las 24 horas del día... tanto para sus jefes como para sus familias.



El work and life balance es un factor de atracción y retención clave a la hora de construir una  marca empleadora sólida que le permita a la compañía ser competitiva en la creciente guerra por el talento. No hay que perder de vista esta realidad a la hora de articular la propuesta de valor al empleado. Será cuestión de pensar la jugada indicada para salir del jaque y proteger uno de los factores clave que los trabajadores consideran importante en la propuesta de valor de una marca empleadora.