En el ámbito laboral hoy conviven diferentes generaciones con distintas visiones sobre el significado del trabajo en sus vidas. Según los resultados del informe Randstad Workmonitor correspondiente al segundo trimestre de 2018, el 87% de los argentinos trabaja en un equipo multigeneracional, es decir, con colegas de al menos 10 años de diferencia, donde la principal brecha tiene que ver con el contraste entre los distintos estilos de comunicación.

Está comprobado que los problemas intergeneracionales surgen a raíz de diferencias de visión y no de conflictos reales. La Generación X no tiene los mismos objetivos ni ambiciones que la Generación Y o la Z, y esto puede expresarse en términos de

conflicto. Para gestionar una buena convivencia intergeneracional, las empresas  deben conocer las diferencias existentes entre los distintos grupos, sus necesidades específicas, y así evitar fricciones y beneficiarse con la diversidad. Entender, por

ejemplo, que para las personas mayores de cuarenta años, el salario y la seguridad financiera resultan esenciales y que los menores valoran el ambiente, la flexibilidad laboral y el tipo de trabajo que realizan. La percepción que tienen de sus empleadores tampoco es la misma: los menores de cuarenta años buscan que sean inteligentes e innovadores y les planteen desafíos, mientras que la honestidad, la solidez y la buena reputación son los atributos buscados por los mayores. 

No existe una receta infalible para lograr que las diferentes generaciones convivan exitosamente. Sin embargo, existen múltiples estrategias que pueden emplearse para generar el acercamiento entre colegas, desde la realización de concursos y

actividades sociales y deportivas de integración, hasta la implementación de un family day. También pueden incluirse programas de mentoring, dónde los empleados más experimentados puedan guiar y aconsejar a los más jóvenes en sus tareas.

Un buen camino para optimizar el trabajo intergeneracional es fomentar dentro de los equipos que cada individuo aporte lo mejor que tiene para dar: los Babyboomers y los de la generación X aportarán experiencia y profesionalismo; los Millenials sumarán sus  habilidades tecnológicas, junto con la creatividad y energía propias de su edad; los Centenials traerán innovación y frescura. 

Generalmente, los conflictos en el ambiente de trabajo tienen que ver con distintas percepciones sobre lo que es correcto y lo que no para cada grupo etario. Que un empleado de la Generación Y busque trabajar más horas desde su casa puede dar lugar a que un colega de la Generación X lo considere menos comprometido con el rol laboral, cuando en realidad el conflicto está en la percepción que ambos tienen sobre lo que implica el lugar de trabajo. En estas situaciones las empresas deben tomar un rol activo e intermediar para lograr una comunicación efectiva y un entendimiento entre las distintas generaciones que les permitan aprovechar la experiencia de los mayores y la frescura y espontaneidad de los más jóvenes.

actualizado: marzo 2019