Como factor central del desarrollo económico y social de un país, el empleo es una de las mayores preocupaciones de la sociedad. El contexto actual, en el que la generación de empleo privado no logra reactivarse en Argentina, fomenta el debate y la reflexión sobre las problemáticas que los actores económicos y el Estado deben resolver en vistas a volver a la senda del crecimiento.

En virtud de su relevancia, el tema del empleo fue parte de la agenda central del 51 Coloquio Anual de IDEA, que justamente tuvo como leitmotiv “Generación de empleo – Valores – República”. Jorge Colina, economista de la Universidad de Córdoba y máster en las universidades de Georgetown y Ámsterdam, fue uno de los expositores invitados por IDEA para presentar su visión sobre Argentina de cara al futuro del empleo. Aquí algunas de las cuestiones que se debatieron en el marco de este tradicional encuentro que convoca a los sectores más relevantes del ámbito nacional e internacional, público y privado; para el tratamiento estratégico de las grandes cuestiones nacionales que preocupan e interesan al empresariado.

Aprendizaje de nuevas capacidades. En su presentación en el coloquio, Colina destaca la importancia del desarrollo de tres tipos de inteligencia que son imprescindibles para el empleo. La inteligencia creativa, asociada a lo artístico y que fue resumida por Bruce Nussbaum, experto en temas de innovación, como la capacidad de reconocer los puntos importantes de un plan, un proyecto o una idea, para luego conectarlos. Así, sugiere, surgen gigantes como Google o Facebook. Por otra parte, la inteligencia científica, que tiene relevancia por su relación directa con los empleos relacionados a la ciencia y la tecnología, desarrolla habilidades altamente demandadas en la economía actual. Finalmente, la inteligencia social, relacionada con la capacidad de persuasión, las habilidades para interrelacionarse y el poder trabajar en equipo o liderar, entre otras habilidades blandas.

Formación en tecnología. La formación educativa en tecnología y digitalización es esencial en un mundo en el que, justamente, la tecnología está generando profundos impactos que atraviesan transversalmente todos los órdenes de la vida. Las cifras brindadas por Colina sobre el estado de la educación en argentina hablan por sí mismas: del total de jóvenes en edad de trabajar (25 a 65 años), el 46% no terminó la secundaria, el 35% completó la escuela media, mientras que únicamente el 19% completó estudios superiores. Si bien los programas educativos en tecnología están aumentando, no alcanzan a formar con el nivel de profundidad que sería necesario para preparar a los trabajadores del futuro. El problema entonces posee dos vertientes: en principio, encontrar la forma adecuada para elevar la matrícula y fomentar la finalización de la escuela media. Luego, aplicar programas que fomenten la formación en tecnología en articulación con las necesidades actuales y futuras del mercado laboral.

Empresas y educación. Colina advierte sobre la necesidad de fortalecer el vínculo. Las escuelas técnicas y con especialización agropecuaria son algunos ejemplos de formación secundaria con una fuerte inserción en mercados laborales que ocupan los primeros puestos de demanda. En este sentido, muchos países, como Corea, tienen sistemas educativos que permiten que a una edad mediana (15 años) los estudiantes elijan orientaciones vocacionales definitivas para su futuro. Dinamarca, Alemania, Holanda y otros países europeos poseen educación vocacional que incluye prácticas en empresas, en las cuales se capacitan y ponen a prueba su vocación. Los indicadores del país oriental dan cuenta que el sistema educativo está dando sus resultados: el 85% de sus estudiantes llega al nivel universitario.

Educación y empleabilidad. En su presentación, Colina destaca que no se trata solamente de mejorar la matrícula y graduados en educación superior, sino que tenemos por delante el desafío de cambiar la matriz de carreras que eligen los estudiantes. Mientras que hay una superpoblación de abogados, psicólogos y contadores, otras carreras tienen muy baja matricula generando un persistente déficit de graduados, como es el caso de las ingenierías. La difusión de carreras universitarias que son clave para el mercado laboral actual, como las relacionadas a ciencias duras y tecnología, por nombrar sólo algunas, es fundamental para cambiar este paradigma. Se requieren políticas activas para incidir en la elección de los jóvenes y dirigirlos hacia áreas de estudio de alta demanda laboral.

La presentación de Colina no dejó lugar a dudas, a la corta o a la larga, el problema del empleo se resuelve a través de la educación. La tarea por delante? Énfasis en tecnología, fomento de carreras impopulares entre el estudiantado medio argentino y mayor articulación entre las empresas y el mundo educativo.